Las denuncias sobre abusos y excesos en contra de los turistas parecen no ser exclusivos de Cartagena.

En Santa Marta un hombre junto con su familia, vivió una verdadera película de terror en el balneario de Bahía Concha. 

El equipo periodístico de Seguimiento.co conoció la denuncia de José Miguel Gutiérrez Pinzón, un hombre que la semana pasada decidió llegar a Santa Marta, junto con su familia, para disfrutar de unas cortas vacaciones. 

En total, eran siete personas más los niños. En su estadía visitaron distintas playas, disfrutaron de un paseo en yate y recorrieron parte de los atractivos de la capital del Magdalena. 

El día domingo 2 de octubre decidieron atender las recomendaciones de otros turistas y llegar hasta Bahía Concha. Allí se encontraron con el primer inconveniente: no aceptaban mascotas. 

Por esa razón tuvieron que pagar un total de $60.000 por un servicio de guardería canina, que aunque no está reglamentado, los administradores del parque lo ofrecen y lo imponen. 

Una vez dentro, alquilaron una carpa familiar con el propósito de disfrutar de la playa y de un almuerzo típico. 

Según el relato del señor Gutiérrez todo transcurría con normalidad, y después de almorzar decidió meterse al mar. Antes, decidió tomar la cartera donde tenía un total de $7 millones en efectivo y dárselo a su esposa, que lo envolvió en una toalla. 

A los pocos minutos la mujer también decidió entrar al mar, y vieron, a lo lejos, como uno de los meseros que atendía a los turistas se acercó a la carpa. Sin embargo, de acuerdo a su relato, pensó que estaba recogiendo las latas vacías. 

La sorpresa llegó menos de 10 minutos después cuando salió del mar a cancelar los almuerzos y al buscar la toalla con la cartera, se encontró con que ya no había dinero.  

De inmediato alertó a toda su familia, y avisaron a los operadores turísticos que los atendían. “En ese momento llegó el jefe de los meseros, y lejos de ayudarnos nos dijo en una actitud desafiante que él en su equipo no tenía ladrones. Yo le expliqué cómo estaba vestido el hombre que se acercó a la carpa, pero dijo que no sabía quién era y que de malas” relata la víctima. 

Inoperancia de las autoridades 

José Miguel y su familia mostraron su indignación ante los trabajadores del lugar, que lejos de ayudarlos, según comentan, se dedicaron a reírse de la situación. Y al ver que llamaron a la Policía, les dijeron que “tuvieran cuidado, que mejor dejáramos eso así porque en la zona había mucho paraco y no queríamos tener problemas”. 

Pese a las amenazas, una hora después José Gutiérrez les comentó a los uniformados lo sucedido, pero ellos le indicaron que no podían hacer nada al respecto pues para poder proceder han debido de capturar al ladrón en flagrancia. 

Lo más indignante del caso, es que según el relato de la víctima, un niño le comentó minutos después que vio a cuatro meseros en el margen izquierdo de la playa, entre las piedras, distribuyéndose un dinero. Hecho que indudablemente le generar suspicacias sobre sí era el dinero que le hurtaron. 

“La gente me dice que por qué tenía ese dinero, pero es apenas lógico con lo caro que está todo y sabiendo que éramos un grupo familiar grande. Me llevé una decepción, porque además de robado tuve que aguantar las amenazas en contra de mi vida e incluso contra mi esposa, por parte de la gente que ahí trabaja. Después de eso no tuvimos más que irnos, sin un peso, llegar al hotel a empacar e irnos, es imposible que uno quisiera quedarse en un lugar así” puntualizó la víctima del robo. 

Finalmente, con esta denuncia José Miguel Gutiérrez hace un llamado a los administradores del balneario y a las autoridades de  la ciudad a tomar cartas en el asunto, pues explica que conoció que no ha sido la única víctima de robo en Bahía Concha y que incluso los hurtos se presentan con frecuencia.